La comida y la lectura son dos grandes necesidades del ser humano, imprescindibles de hecho, la comida alimenta el cuerpo y la lectura el alma. Por eso, este cuento alimenta por partida doble. Tiene algunas rimas, alguna broma y unas magníficas ilustraciones de Marionna Cabassa. Pasar un huevo por la sartén y contad o leed este cuento con los más pequeños de la casa. Será una comida deliciosa.
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